El marinero como trabajador del mundo

Último capítulo del libro Between the Devil and the Deep Blue Sea, de Marcus Rediker (Cambridge University Press, 1987). Se puede leer como complemento el capítulo 5 de La Hidra de la Revolución, titulado «Hidrarquía: marineros, piratas y el Estado marítimo».

Ned Ward, uno de los escritores de Grub Street[1] de principios del siglo XVIII, tuvo buen ojo para descubrir un detalle significativo y que revelaba un mundo cambiante. Observó que el marinero corriente consideraba sus manos como “sus amigas del alma”. El lobo de mar “generalmente las llevaba dentro de la pechera o de los bolsillos; no tanto para tenerlas cerca del corazón o de su dinero a bordo, sino como puro principio moral de no exponer sus mejores amigas, siendo las únicas en las que podía confiar”. Barnaby Slush, un “cocinero de a bordo”, expresó una opinión similar y describió la misma realidad social de quienes habían sido despojados de tierra, de instrumentos de trabajo y de propiedad. ¿Qué, se preguntaba, podía esperar un hombre que no contaba con “más consejo que el de un par de buenas manos y un grueso corazón”? Esta era justamente la situación del proletariado de la mar. La apasionada pregunta de Slush representaba la respuesta de la clase obrera, la necesaria réplica al distante e impersonal discurso de Sir William Petty acerca de la “mano de obra marina” como “mercancía”. La economía moral y la economía política se enfrentaban cara a cara. Hablaban en términos distintos sobre intereses también distintos y enfrentados.Continue Reading

Marx y los sindicatos (IV): Marx y el movimiento sindical en Inglaterra

4. Marx y el movimiento sindical en Inglaterra

La primera mitad del siglo XIX se caracterizó por un impetuoso crecimiento y desarrollo del movimiento sindical en Inglaterra. Inmediatamente después de la supresión del decreto prohibitivo de las coaliciones, en 1824, las trade-uniones salen de la clandestinidad y comienzan a extenderse por toda Inglaterra. Las trade-uniones inglesas eran organizaciones estrechamente gremialistas, que se proponían únicamente finalidades prácticas (disminución de la jornada de trabajo, aumento de los salarios, etc.). Marx y Engels observaron durante decenas de años el desarrollo del movimiento obrero de Inglaterra. La primera gran obra de Engels dedicada a la situación de la clase obrera de Inglaterra y El Capital, genial obra de Marx, están basadas en el estudio de la economía inglesa y del movimiento obrero de Inglaterra.

Marx y Engels veían el carácter estrechamente gremial de las trade-uniones y su horizonte restringido, pero las consideraban sin embargo un serio paso hacia adelante en el desarrollo del movimiento obrero inglés, y no solamente inglés.Continue Reading

Marx y los sindicatos (III): Contra el lassallismo, el oportunismo alemán

3. Contra el lassallismo, el oportunismo alemán

Marx seguía con la mayor atención el desarrollo del movimiento obrero en Alemania. La revolución de 1848 fue el punto culminante de la actividad del movimiento obrero de la Alemania de entonces. Después de 1848 comienza el reflujo, el movimiento obrero se dispersa. Una parte considerable de los elementos revolucionarios se ve obligada a emigrar a Francia, Inglaterra y Estados Unidos. En Alemania misma comienzan a surgir toda suerte de hermandades, sociedades de ayuda mutua y otros embriones de sindicatos, etc.

Marx y Engels mantenían estrechas relaciones con la emigración obrera revolucionaria y con los elementos revolucionarios que permanecieron en el país. Después del año 1848 comienza en Alemania el período de la reacción política e ideológica y una serie de compañeros de armas de Marx ve alejan del movimiento revolucionario. Marx trabajaba persistentemente en el desenvolvimiento de su concepción filosófica del mundo, en la elaboración de su sistema económico, llevando a cabo simultáneamente una intensa actividad político-literaria. A fines del año 1850 la depresión empieza a desaparecer. En Alemania comienza el ascenso del movimiento obrero. Lassalle organiza en 1863 “La Asociación General de Obreros” y plantea abiertamente la cuestión de los objetivos y de los derechos políticos de la clase obrera. Lassalle, que aparece en la arena política en el momento en que comienza la animación, comprendió el cambio producido en la mentalidad de las masas obreras y debido a esto su “Asociación General de Obreros” se hizo muy popular. Marx y Engels apreciaban mucho a Lassalle. “Lassalle, a pesar de todos sus ‘peros’, es firme y enérgico”, escribía Marx a Engels el 10 de marzo de 1853. “Lassalle es el único que tiene todavía la audacia de seguir en correspondencia con Londres, y es necesario conseguir que este intercambio no se le torne fastidioso”, escribía Marx a Engels el 18 de julio de 1853. En una carta a Schweitzer fechada el 13 de octubre de 1868, escribe: “Después de quince años de letargo, Lassalle ha despertado de nuevo, en Alemania, al movimiento obrero. Este es su mérito inmortal.”Continue Reading

Marx y los sindicatos (II): Marx contra el proudhonismo y el bakuninismo

2. Marx contra el proudhonismo y el bakuninismo

Marx forjó su concepción del mundo y su táctica, a través de una encarnizada lucha ideológica y política. Tuvo en primer lugar, que chocar con las teorías considerablemente difundidas de Proudhon. Proudhon es el tipo de socialista pequeñoburgués en cuyos trabajos las palabras audaces se compaginan con teorías revolucionarias. Publicista de talento, representante de un vago socialismo sentimental, “de pies a cabeza filósofo y economista de la pequeña burguesía» (Marx), que ha arrojado a la caía de la burguesía la violenta fórmula acusadora »la propiedad es un robo», Proudhon se creyó el teórico «de las clases obreras» y se lanzó audazmente a disertaciones teóricas sobre la «filosofía de la miseria». Pero la teoría fue precisamente el talón de Aquiles de Proudhon, porque no pasó de los límites de la ciencia liberal burguesa de su tiempo, y de aquí el violento ataque de Marx contra Proudhon y el proudhonismo. Proudhon publicó un libro pretencioso, La Filosofía de la miseria, en el que intentó determinar las leyes de desarrollo de la sociedad. En este libro, Proudhon reveló a todo el mundo las siguientes tesis que nos interesan aquí:

«Todo movimiento de alza en los salarios no puede tener otro efecto que el de un alza en el trigo, en el vino, etc.; es decir, el efecto de una carestía. Pues, ¿qué es el salario? Es el precio del costo del trigo, etc., es el precio integral de todas las cosas. Profundicemos más la cuestión: el salario es la proporcionalidad de los elementos que componen la riqueza y que son consumidos reproductivamente todos los días por la masa de los trabajadores. Ahora bien, doblar los salarios… es conceder a cada uno de los productores una parte mayor que su producto, lo cual es contradictorio; y si el alza sólo se verifica en un número reducido de industrias, es provocar una perturbación general en los cambios, en una palabra, una carestía. Yo declaro que es imposible que las huelgas seguidas de un aumento de salarios no tengan por resultado un encarecimiento general, esto es tan cierto como dos y dos son cuatro.»Continue Reading

Socialismo y catalanismo (A. Fabra Ribas, 1909)

Los 3 artículos que siguen fueron publicados en La Internacional los días 9, 16 y 23 de julio de 1909, respectivamente.
El texto es importante para conocer, no sólo la actitud de los socialistas catalanes ante la cuestión nacional de Cataluña a principios del siglo XX, sino también la desconocida y destacada figura del autor. Antonio Fabra Ribas (1879-1958) fue uno de los organizadores de la Asociación de Dependientes de Comercio a principios de siglo, junto con el también socialista Badía Matamala. Tras pasar unos años en el extranjero, donde colaboró con el Vorwaerts y Le Mouvement Socialiste, Fabra Ribas (que firmaba sus artículos a menudo como «Mario Antonio») fue uno de los impulsores de Solidaridad Obrera y estuvo presente en el Congreso socialista de Stuttgart en 1907, representando oficialmente a la Federación española de Juventudes Socialistas. Por estas fechas mantenía relaciones bastante estrechas con Jaurès y Kautsky. Tras el Congreso de Solidaridad Obrera de septiembre de 1908 (donde la federación pasa a ser regional), Fabra lideró la reorganización de la Federación Socialista Catalana, la cual empezó a publicar el semanario La Internacional como órgano de la Federación, dirigido por Fabra Ribas y suspendido tras la Semana Trágica (julio-agosto 1909). La Internacional se implicó profundamente en el conflicto contra la imprenta La Neotipia y el diario lerrouxista El Progreso, así como en la propaganda societaria. Una vez suspendido el semanario, será sustituido en noviembre de 1909 por La Justicia Social («una de las publicaciones más importantes de España», según Andrés Nin). Fabra, que formó parte del Comité de huelga durante la Semana Trágica, tuvo que exiliarse a París debido a la represión, y permaneció allí hasta 1918. Durante esos años siguió colaborando con La Justicia Social, donde polemizó con Nin acerca del nacionalismo catalán, defendiendo las mismas posturas que en estos artículos. La Justicia Social se caracterizaba en aquella época por su oposición a la línea de Pablo Iglesias, criticando la conjunción republicano-socialista y defendiendo posturas sindicalistas. Cuando Fabra regresó a España en 1918, ingresó como funcionario en el Instituto de Reformas Sociales de Madrid, y también en la masonería. A partir de entonces su actividad y su línea política tiene mucha menor relevancia e interés. Continue Reading

Marx y los sindicatos (I): Los sindicatos y la lucha de clases del proletariado

Esta obra sobre la relación de Marx con los sindicatos, que publicaremos en 9 partes, fue escrita por A. Losovsky.

1. LOS SINDICATOS Y LA LUCHA DE CLASES DEL PROLETARIADO

Marx comenzó a pensar como político en una época en que los sindicatos acababan de nacer. Se hizo comunista, cuando en algunos países los sindicatos se hallaban en el comienzo de su cristalización, surgiendo del seno de formas diversas de mutualidades (Francia) y en otros (Inglaterra) dirigían huelgas económicas y la lucha por el derecho de sufragio. Tenía ante sus ojos formas embrionarias de organizaciones, sumamente primitivas, de ideología y composición abigarradas, con todos los signos reveladores de su origen. Y la grandeza de Marx consiste, precisamente, en haberse dado cuenta de que no eran más que balbuceos de infancia de la clase obrera, y que por lo tanto no se podía juzgar por estas formas primitivas del movimiento, del papel histórico de estas organizaciones ni de los cauces de su desarrollo.Continue Reading

Por qué estoy en el sindicato (Salvador Seguí)

Artículo publicado en Solidaridad Obrera, 5 de enero de 1917, bajo la firma de Alma Roja y atribuido a Salvador Seguí.

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Considerado el Sindicato como una «síntesis» de lucha, donde el prole­tariado condensa su acción contra la sociedad capitalista, no es lógico ni conveniente apartarse de su seno, si no queremos desertar de la actuación emancipadora.

Considerado el Sindicato como una garantía para contrarrestar la organi­zación sindical burguesa, todo individual apartamiento de aquel, por parte de los esclavos del salario, es un refuerzo indirecto que recibe la burguesía consolidando su poder.

Considerando al Sindicato como «simple» reparador de las condiciones económicas de la vida, haciendo que se establezca el equilibrio para que el salario cubra las más apremian­tes necesidades de la misma, enten­demos que es lesivo para los produc­tores el no estar integrados en aquél, ya que así, como consecuencia, se acepta la concepción económica de la burguesía.

Considerando «posible» que el Sin­dicato se convierta en educador de las multitudes ignaras, queda demostra­da la conveniencia de que todos los espíritus rebeldes y todos los que ansíen mejores estados de justicia, coadyuven a la obra del Sindicato para que éste realice más pronto y fácilmente su misión.

No demostrado por nadie, que la sola acción de un hombre haya con­solidado el progreso material de los pueblos, creemos pueril afirmar, que la acción común es indispensable cuando se trata de realizar los nue­vos valores que el tiempo y la nece­sidad aconseje a la conciencia colec­tiva mantener.

Por lo expuesto, queda demostra­da la conveniencia de pertenecer al Sindicato.Continue Reading

Ni con unos ni con otros. La CNT ante el nacionalismo catalán hacia 1918.

Los 3 artículos que siguen se publicaron en Solidaridad Obrera durante el otoño de 1918.
Además de dejar clara la postura de la CNT ante la cuestión catalana, los documentos reflejan los cambios internos que estaba sufriendo por aquel entonces la organización. La CRT de Cataluña acababa de celebrar durante el verano de 1918 su Congreso regional en Sants, en el que a pesar de los intentos de los anarquistas por dar un perfil y unos objetivos ideológicos concretos a la organización sindical, ésta se mantuvo dentro de los límites del sindicalismo revolucionario. Así el primer texto, firmado por el Comité la CRT de Cataluña, tiene un contenido más claramente sindicalista y clasista, pues allí la corriente sindicalista (encabezada por entonces por militantes como José Negre o Salvador Seguí) estaba entonces en condiciones de mantener a raya a los anarquistas, que durante aquellos meses iban haciéndose cada vez con más puestos directivos en la Confederación Regional y Nacional. No será hasta el Congreso Nacional del Teatro de la Comedia en Madrid (diciembre de 1919), cuando la corriente anarquista logre que se apruebe aquel dictamen que decía que «la finalidad que persigue la Confederación Nacional del Trabajo de España es el Comunismo Anárquico». En los dos últimos artículos (editoriales), aparece ya junto a la etiqueta «sindicalista» (para la emancipación económica), la de «anarquista» (para la emancipación total o los problemas morales), una profesión de fe ideológica y política que habría sido impensable años atrás por parte de los redactores de la Soli.

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COMO EL PLEITO DE LA AUTONOMÍA ES UN PLEITO BURGUÉS, NO ESTAMOS CON EL GOBIERNO DE MADRID NI CON EL FOMENTO DEL TRABAJO NACIONAL

Solidaridad Obrera, 15 de diciembre de 1918.

En estos momentos en que los partidos de la política burguesa se agitan debatiendo de una manera ruidosa sus ilegítimos puntos de vista, disputándose el Poder que ha de saciar sus apetitos bastardos, sería una cobardía que nosotros permaneciéramos en silencio, máxime cuando hablan en nombre de Cataluña quienes en Cataluña son execrados y hablan en nombre de la libertad de un pueblo quienes en él mantienen una hegemonía apoyada en las bayonetas del poder central.

Tenemos los obreros cuentas pendientes con los representantes del gobierno, que, de una forma inconcebible y odiosa por lo brutal y despótica, han trabajado siempre por destruir nuestras organizaciones de defensa, y han hecho trizas los Códigos y las leyes para encarcelarnos y someternos al tormento, para anularnos, para perseguirnos villanamente, amparándose en la impunidad que les daba el disponer de la fuerza coercitiva del Estado; confiados en la ignorancia absoluta en la que tenían sumido al pueblo trabajador.Continue Reading

El sindicalismo en Cataluña (Salvador Seguí)

Conferencia de Salvador Seguí en la Casa del Pueblo de Madrid (4 de octubre de 1919), tomada taquigráficamente.

Ciudadanos, compañeros y amigos. Antes de todo cumple en mí, tengo la misión de saludaros en nombre de todos los trabajadores de Cataluña, a los cuales, juntos con todos los demás compañeros, representamos en este acto.

Después, debo deciros también que yo espero que seáis benévolos, al menos conmigo. Yo no soy un profesional de la Tribuna, y, aparte de esto, catalán de nacimiento. Todas aquellas dificultades de expresión durante mi breve peroración, espero que vuestra benevolencia, a la que me remito, como he dicho antes, me las sabrá perdonar.

Como os decía nuestro compañero Pestaña, nuestra situación, la situación actual de la organización obrera de Cataluña, es hoy más fuerte, más capacitada, más tenaz que lo era antes. Esto nos ha venido a crear una responsabilidad, que es, precisamente, la que justifica el que tengamos necesidad de ir por todas partes, por todos los rincones de España, a decir a nuestros compañeros todo lo que hacemos en Cataluña y lo que pretendemos realizar. De poco nos serviría que esta fuerza inmensa, que se sostiene por su tenacidad y la convicción del proletariado catalán, quedara encerrada en los muros de lo que se dice o se llama Cataluña solamente, por eso tenemos necesidad de ponernos en comunicación con todos los obreros españoles y tenemos necesidad de ponernos en contacto con todos los de fuera de España. Ahora vamos a decir ante vosotros, como lo haremos mañana ante los demás trabajadores, lo que pensamos y lo que queremos realizar.Continue Reading

El papel revolucionario de los sindicatos (A. Pannekoek)

Extraído de El Socialista, nº 1127, 1128 y 1129, septiembre/octubre 1909.

El objeto del movimiento sindicalis­ta[1] es, como se sabe, mejorar las condi­ciones de existencia de los trabajadores, particularmente por medio de la eleva­ción de los salarios y la reducción de las horas de trabajo. Pero ¿termina ahí, mejor dicho, el papel de los Sindicatos concluye ahí?

Hay otras instituciones que se proponen como objeto disminuir las crud­ezas de la vida del proletario; por ejemplo, las Cooperativas de consumo pueden, excluyendo loe intermediarios, aumentar sensiblemente su salario efec­tivo, es decir, la cantidad de medios de existencia que aquél puede comprar con su salario. Desde este punto de vista pudiera también mencionarse las Cajas de socorro para enfermos y otras insti­tuciones que, basadas en el seguro mu­tuo, ayudan al trabajador a pasar los momentos difíciles de su vida.

Pero pocos atribuyen a estas institu­ciones, incluso a las Cooperativas, una importancia semejante a la de los Sindicatos. Cuando se dice, por consiguien­te, que los Sindicatos son útiles para la gran lucha por la emancipación de la clase obrera, porque al mejorar sus con­diciones de existencia acrecen su valor de combate, se dice verdad, pero sólo una parte de la verdad. Si, por otra par­te, la miseria lenta, la degeneración cor­poral e intelectual causada por el exceso de trabajo, por las pésimas condiciones de viviendas y de alimentación, hacen con frecuencia a las capas más oprimi­das del proletariado totalmente incapa­ces para la lucha; a la inversa también, una situación más elevada no da siem­pre un buen combatiente. Porque no es el nivel elevado del salario en sí mismo, es ante todo la manera como ha sido conquistado, y el riesgo que corre esa conquista, si no está constantemente defendida, lo que determina el valor para la lucha. He ahí por qué la impor­tancia de los Sindicatos para la eman­cipación obrera no puede consistir sólo, o principalmente, en lo que mejoren las condiciones de existencia de los traba­jadores.Continue Reading