El siguiente llamamiento proviene de un grupo de activistas sindicales de varias organizaciones (CGT y Solidaires sobre todo), de diferentes sectores profesionales y geográficos. Con esta declaración, no pretenden hacer una nueva crítica a la acción sindical, ni siquiera al sindicalismo. El llamamiento es, por tanto, una mano tendida a aquellos militantes sindicales combativos, al margen de su sensibilidad, que lamentan las derrotas sufridas y buscan detener los reveses sociales. Uno de los objetivos buscados con la creación de La Vie ouvrière en 1909 y luego de La Révolution prolétarienne en 1925, era reapropiarse una cultura de clase para frenar la debilidad del sindicalismo, de modo que éste se pudiera dotar de una estrategia anticapitalista realmente ofensiva. Por lo tanto, se invita a los activistas que comparten un proyecto de este tipo a que se pongan en contacto en la siguiente dirección de correo: contact@syndicalistes.frContinue Reading
sindicalismo
Marx y los sindicatos (IV): Marx y el movimiento sindical en Inglaterra
4. Marx y el movimiento sindical en Inglaterra
La primera mitad del siglo XIX se caracterizó por un impetuoso crecimiento y desarrollo del movimiento sindical en Inglaterra. Inmediatamente después de la supresión del decreto prohibitivo de las coaliciones, en 1824, las trade-uniones salen de la clandestinidad y comienzan a extenderse por toda Inglaterra. Las trade-uniones inglesas eran organizaciones estrechamente gremialistas, que se proponían únicamente finalidades prácticas (disminución de la jornada de trabajo, aumento de los salarios, etc.). Marx y Engels observaron durante decenas de años el desarrollo del movimiento obrero de Inglaterra. La primera gran obra de Engels dedicada a la situación de la clase obrera de Inglaterra y El Capital, genial obra de Marx, están basadas en el estudio de la economía inglesa y del movimiento obrero de Inglaterra.
Marx y Engels veían el carácter estrechamente gremial de las trade-uniones y su horizonte restringido, pero las consideraban sin embargo un serio paso hacia adelante en el desarrollo del movimiento obrero inglés, y no solamente inglés.Continue Reading
Marx y los sindicatos (II): Marx contra el proudhonismo y el bakuninismo
2. Marx contra el proudhonismo y el bakuninismo
Marx forjó su concepción del mundo y su táctica, a través de una encarnizada lucha ideológica y política. Tuvo en primer lugar, que chocar con las teorías considerablemente difundidas de Proudhon. Proudhon es el tipo de socialista pequeñoburgués en cuyos trabajos las palabras audaces se compaginan con teorías revolucionarias. Publicista de talento, representante de un vago socialismo sentimental, “de pies a cabeza filósofo y economista de la pequeña burguesía» (Marx), que ha arrojado a la caía de la burguesía la violenta fórmula acusadora »la propiedad es un robo», Proudhon se creyó el teórico «de las clases obreras» y se lanzó audazmente a disertaciones teóricas sobre la «filosofía de la miseria». Pero la teoría fue precisamente el talón de Aquiles de Proudhon, porque no pasó de los límites de la ciencia liberal burguesa de su tiempo, y de aquí el violento ataque de Marx contra Proudhon y el proudhonismo. Proudhon publicó un libro pretencioso, La Filosofía de la miseria, en el que intentó determinar las leyes de desarrollo de la sociedad. En este libro, Proudhon reveló a todo el mundo las siguientes tesis que nos interesan aquí:
«Todo movimiento de alza en los salarios no puede tener otro efecto que el de un alza en el trigo, en el vino, etc.; es decir, el efecto de una carestía. Pues, ¿qué es el salario? Es el precio del costo del trigo, etc., es el precio integral de todas las cosas. Profundicemos más la cuestión: el salario es la proporcionalidad de los elementos que componen la riqueza y que son consumidos reproductivamente todos los días por la masa de los trabajadores. Ahora bien, doblar los salarios… es conceder a cada uno de los productores una parte mayor que su producto, lo cual es contradictorio; y si el alza sólo se verifica en un número reducido de industrias, es provocar una perturbación general en los cambios, en una palabra, una carestía. Yo declaro que es imposible que las huelgas seguidas de un aumento de salarios no tengan por resultado un encarecimiento general, esto es tan cierto como dos y dos son cuatro.»Continue Reading
Marx y los sindicatos (I): Los sindicatos y la lucha de clases del proletariado
Esta obra sobre la relación de Marx con los sindicatos, que publicaremos en 9 partes, fue escrita por A. Losovsky.
1. LOS SINDICATOS Y LA LUCHA DE CLASES DEL PROLETARIADO
Marx comenzó a pensar como político en una época en que los sindicatos acababan de nacer. Se hizo comunista, cuando en algunos países los sindicatos se hallaban en el comienzo de su cristalización, surgiendo del seno de formas diversas de mutualidades (Francia) y en otros (Inglaterra) dirigían huelgas económicas y la lucha por el derecho de sufragio. Tenía ante sus ojos formas embrionarias de organizaciones, sumamente primitivas, de ideología y composición abigarradas, con todos los signos reveladores de su origen. Y la grandeza de Marx consiste, precisamente, en haberse dado cuenta de que no eran más que balbuceos de infancia de la clase obrera, y que por lo tanto no se podía juzgar por estas formas primitivas del movimiento, del papel histórico de estas organizaciones ni de los cauces de su desarrollo.Continue Reading
El papel revolucionario de los sindicatos (A. Pannekoek)
Extraído de El Socialista, nº 1127, 1128 y 1129, septiembre/octubre 1909.
El objeto del movimiento sindicalista[1] es, como se sabe, mejorar las condiciones de existencia de los trabajadores, particularmente por medio de la elevación de los salarios y la reducción de las horas de trabajo. Pero ¿termina ahí, mejor dicho, el papel de los Sindicatos concluye ahí?
Hay otras instituciones que se proponen como objeto disminuir las crudezas de la vida del proletario; por ejemplo, las Cooperativas de consumo pueden, excluyendo loe intermediarios, aumentar sensiblemente su salario efectivo, es decir, la cantidad de medios de existencia que aquél puede comprar con su salario. Desde este punto de vista pudiera también mencionarse las Cajas de socorro para enfermos y otras instituciones que, basadas en el seguro mutuo, ayudan al trabajador a pasar los momentos difíciles de su vida.
Pero pocos atribuyen a estas instituciones, incluso a las Cooperativas, una importancia semejante a la de los Sindicatos. Cuando se dice, por consiguiente, que los Sindicatos son útiles para la gran lucha por la emancipación de la clase obrera, porque al mejorar sus condiciones de existencia acrecen su valor de combate, se dice verdad, pero sólo una parte de la verdad. Si, por otra parte, la miseria lenta, la degeneración corporal e intelectual causada por el exceso de trabajo, por las pésimas condiciones de viviendas y de alimentación, hacen con frecuencia a las capas más oprimidas del proletariado totalmente incapaces para la lucha; a la inversa también, una situación más elevada no da siempre un buen combatiente. Porque no es el nivel elevado del salario en sí mismo, es ante todo la manera como ha sido conquistado, y el riesgo que corre esa conquista, si no está constantemente defendida, lo que determina el valor para la lucha. He ahí por qué la importancia de los Sindicatos para la emancipación obrera no puede consistir sólo, o principalmente, en lo que mejoren las condiciones de existencia de los trabajadores.Continue Reading
Antonio Badía Matamala y Solidaridad Obrera (1907-1909)
Antonio Badía Matamala, dependiente de comercio y socialista de Barcelona. Fue uno de los dirigentes más importantes del socialismo catalán de la primera década de siglo. En 1903 presidía la Asociación de Dependencia Mercantil de Barcelona, en representación de la cual, además de la de la Asociación de Auxiliares de Farmacia, va a asistir en febrero de 1904 al II Congreso de la Federación Nacional de Dependientes del Comercio, celebrado en Zaragoza. En septiembre de 1905 tiene una destacada participación en el III Congreso de la mencionada federación, celebrado en Madrid. Dirigente de la Federación Socialista Catalana, fue uno de los impulsores de Solidaridad Obrera. El 7 de junio de 1907 preside la reunión celebrada en Barcelona encaminada a su constitución, en representación de la Asociación de Dependencia Mercantil, en cuyos locales se reúne además dicha asamblea. En la misma sede de la Asociación se llevan a cabo otras reuniones el 13 de junio (se crea una comisión organizadora que incluye a Badía Matamala), el 4 de julio (se decide imprimir un manifiesto a los trabajadores) y el 3 de agosto (se aprueban las bases de Solidaridad Obrera y se elige a un consejo directivo). En declaraciones a La Publicidad, del día 30 de julio de 1907, Matamala expone los objetivos societarios de la nueva entidad y al mismo tiempo expresa el propósito de Solidaridad de refundar todas las escuelas sostenidas por sociedades obreras. Formó parte del consejo directivo de Solidaridad Obrera, ocupando la secretaría de la comisión administrativa y de fomento, y fue el administrador del semanario del mismo nombre que se empezó a publicar el 19 de octubre de 1907. Participó activamente en el I Congreso de Solidaridad Obrera que se celebró en septiembre de 1908, integrando la comisión que informó sobre el punto del orden del día referido a la táctica de lucha en caso de huelga, e intervino en la mayor parte de discusiones. Fue relegido, sucesivamente, como tesorero y miembro del consejo directivo de Solidaridad Obrera, en diciembre de 1908 y en abril de 1909. Cuando los lerrouxistas tratan de apoderarse de Solidaridad Obrera, a partir de finales de 1908, va a impulsar la campaña de boicot contra El Progreso, lanzada por Solidaridad Obrera, que le valió como réplica una campaña de calumnias por parte de los radicales. El Partido Republicano Radical le acusó de ser un confidente de lujo del gobernador civil de Barcelona, Ossorio y Gallardo. Colaborador de Tierra y Libertad, fue redactor de La Internacional, el órgano de la Federación Catalana del PSOE, que se empezó a publicar en octubre de 1908. Durante la Semana Trágica barcelonesa de julio de 1909, realiza gestiones junto a Fabra Rivas y José Comaposada para que los republicanos nacionalistas, sobre todo Jaime Carner, aceptasen dirigir la revuelta popular. Desvinculado luego de Solidaridad Obrera, no asiste al Congreso de octubre-noviembre de 1910, donde la federación adquiere carácter nacional constituyéndose en la CNT, y su presencia política se va eclipsando completamente tras la Semana Trágica.Continue Reading
Generalidades sobre organización sindicalista (José Negre, 1917)
Publicado en Solidaridad Obrera, 15 de enero 1917.
No se improvisa la organización del trabajo, como se improvisa un discurso, o como se improvisan las cosas inútiles del Gobierno, de la política, etc. De la noche a la mañana no surge el proletariado con la plenitud de su potencia, ni se halla en posesión de todas sus armas necesarias para la lucha, de todas las herramientas necesarias para crear y también para destruir.
Una labor continuada de educación y de práctica se impone desde el principio de toda organización obrera que quiera ser positivamente revolucionaria, pero antes de todo hemos de considerar el estado de las multitudes en su verdadera situación tal como ellas son en realidad y no como nosotros desearíamos que fueran.
Los impulsos pueden mover a esas multitudes en estas condiciones; el interés egoísta, material, o los sentimientos diversos que tienen sus raíces en la vida efectiva.
El mejoramiento material, el deseo de evitarse los sufrimientos materiales que implica una vida llena de privaciones y sometida a trabajos desagradables o abrumadores es uno de los estímulos más poderosos que acicatean a los hombres, empujándoles a la lucha; y casi tan poderoso como aquél, aunque su influjo sólo se produce por etapas o periódicamente, y no podría ser de otro modo, son los impulsos sentimentales.Continue Reading
Lenin y el movimiento sindical (A. Losovsky)
Texto extraído de Labor Herald Librery nº 14 (1925). Losovsky, miembro del P.O.S.D.R. desde 1901 y bolchevique desde 1904, vive exiliado en París entre 1908 y 1917. Hacia 1914 se distancia políticamente del partido bolchevique, al que se reintegra tras su retorno a Rusia en 1917, en plena revolución. Tras ser expulsado del partido en enero de 1918, por sus tempranas críticas a la política seguida, pidió el reingreso a finales de 1919. Su posterior fidelidad a Stalin, incluso durante la Segunda Guerra Mundial, no impidió que fuera arrestado en 1949, acusado de conspiración judía, y ejecutado en la conocida como la «noche de los poetas asesinados». Su experiencia en el movimiento sindicalista francés le llevó a ocupar el cargo de secretario general de la Internacional Sindical Roja en 1921.
***
I.
Al leer las obras de Lenin, al examinar los frutos de sus treinta años de actividad, se consigue ver que lo que Vladimir Ilich ha hecho representa un todo integral, y que solo condicionalmente se puede extraer de allí una cuestión particular y verla en sus secciones horizontales. Para entender claramente la actitud de Lenin hacia el movimiento sindical, su enfoque hacia sus diversos asuntos y tareas, debemos considerar principalmente las condiciones del momento en que Lenin apareció como figura política. Entró en la escena en los años noventa, cuando en Rusia el movimiento sindical apenas comenzaba a surgir y los líderes del movimiento obrero ruso se enfrentaban sobre todo con la cuestión de cómo poner en movimiento a las masas trabajadoras, las únicas que tenían el poder de destruir el mal principal, la autocracia.
La postura inicial de Lenin sobre las cuestiones relacionadas con el movimiento sindical debe verse principalmente desde el ángulo de la condición histórica del movimiento obrero de Rusia a principios de los noventa. Nos equivocaríamos al pensar que las opiniones de Lenin sobre las cuestiones sindicales no sufrieron cambios durante los 25-30 años de su actividad. Esto querría decir que Lenin aprendió muy poco de una lucha de clases en constante crecimiento. Lenin no solo enseñó, sino que también estudió. Vio aquellos procesos del movimiento obrero que permanecían oscuros para las bases y hasta para muchos de sus líderes. Al mismo tiempo que hacía un pronóstico determinado y con frecuencia anticipaba acontecimientos, aprendía de estos acontecimientos. Un análisis correcto de los acontecimientos, la capacidad de extraer lecciones de ellos y de encontrar una base para la acción de clase, fueron las peculiaridades más características del genio político de Lenin.Continue Reading
Principios, medios y fines del sindicalismo comunista (A. Pestaña, 1919)
Conferencia de Ángel Pestaña en la Casa del Pueblo de Madrid (4 de octubre de 1919) tomada taquigráficamente.
CAMARADAS: En Cataluña es muy común, es corriente que el público que escucha al orador, sobre todo en nuestros actos, se abstenga de aplaudir; nosotros no somos toreros, nosotros no vamos a conquistar ningún pedestal, nosotros somos trabajadores.
Después de esto, voy a ser breve, conciso, concreto, muy concreto, porque el tiempo de que disponemos es concreto también; y como aquí venimos a verter pensamientos y no a distraer la atención de aquéllos que nos escuchan, por eso hemos de ser muy breves.
Lo mismo en Cataluña que en Madrid, nosotros teníamos Sindicatos de oficios, Sindicatos que, en un momento dado, fueron una necesidad. Los Sindicatos de oficios respondieron a un fin, pero nosotros conocemos que como todo evoluciona y progresa, también los Sindicatos tenían que evolucionar y progresar y tenían que ponerse a la altura de las circunstancias.
Mientras que nosotros manteníamos la división, mientras que los albañiles eran albañiles, los canteros eran canteros, los marmolistas eran marmolistas y los carpinteros y ebanistas se creían separados por la profesión, veíamos a la burguesía agruparse en el Fomento del Trabajo Nacional y, como un solo hombre, defender sus intereses frente a la división de los trabajadores. Nosotros entonces comprendimos que nuestros procedimientos habían pasado a la historia y que era preciso ponerse a la altura de las circunstancias; había que evolucionar o perecer; éste era el lema, y entonces evolucionamos.Continue Reading
El Socialismo y los socialistas
Artículo de José Prat publicado originalmente en Solidaridad Obrera nº 27 (7 de agosto de 1908), órgano de la Federación Local de Sociedades Obreras de Barcelona.
Sin el renacimiento del actual movimiento sindicalista el espíritu democrático burgués habría dado muerte al Socialismo. Afortunadamente el buen sentido de los obreros —mejor dicho, un instintivo sentimiento de desconfianza— ha rectificado las desviaciones doctrinales y de táctica de algunos intelectuales de los partidos socialistas. Me es, pues, necesario, antes de abordar el estudio del sindicalismo, o sea del societarismo tal como actualmente se concibe, explicar la génesis de este movimiento exclusivamente obrero. Es necesario que la masa de los trabajadores sepa claramente de donde arranca, lo que es actualmente y a donde conduce la organización de que forman parte.
Y si para explicar todo esto me es preciso indicar con relativa rudeza las equivocaciones en que han incurrido los socialistas-legalitarios y los socialistas-anarquistas, estas dos ramas principales del Socialismo, la rudeza emplearé, dejando a un lado consideraciones de partido reñidas con la verdad. No debemos tener dos pesos y dos medidas, unas para los amigos y otras para los adversarios. Arrojar la cara importa, que el espejo no hay por qué.Continue Reading