El Programa Comunista nº 40, enero-junio 1982.
¿Cómo conquistar una influencia sobre la clase obrera cuando se ve lo reducidas que son las vanguardias que buscan la vía de la emancipación del yugo del capitalismo y la debilidad de las fuerzas del partido? ¿En qué consiste esta influencia? ¿Cómo arrancar a la clase obrera de las garras de la política social-imperialista, reformista y democrática, cuando se encara un adversario con una formidable capacidad de «recuperar» las reacciones inmediatas a la explotación y opresión capitalistas? ¿Qué relación hay entre la participación en las luchas obreras suscitadas por las necesidades inmediatas –luchas que tienden a profundizarse y generalizarse en respuesta a los sismos económicos que se suceden con frecuencia e intensidad crecientes– y la prosecución del fin revolucionario de los comunistas que aún se ve tan lejano?
Esta es una serie de preguntas que se plantean legítimamente los militantes comunistas. Ellos han luchado durante largos y negros decenios por mantener intactas las armas teóricas del comunismo revolucionario, en condiciones extremadamente des favorables que brindaban escasas posibilidades a una participación regular en las luchas obreras. Hoy, que esta participación se hace más continua y sistemática, deben volver a aprender, en consecuencia, el lazo viviente que existe entre teoría y acción.
Estas mismas preguntas se plantean los proletarios combativos y los revolucionarios que estos últimos años se han encontrado frente a las respuestas aportadas por una «extrema izquierda» ya completamente alineada con el reformismo obrero y que sirve de infantería a las burocracias sindicales, y frente a aquellas dadas por grupos que a menudo reaccionan contra este curso, penoso pero previsible, con una especie de «fuga hacia a delante» en la propaganda revolucionaria y que vuelven la espalda a una lucha inmediata que muchas veces les ha decepcionado debido a la escasez de resultados significativos que ésta ha dado por sí misma.
Ahora bien, hoy se tiende a buscar la respuesta a todas estas preguntas en Lenin y, en particular, en su célebre ¿Qué Hacer? Pero también se recurre a él para justificar tal o cual respuesta falsa e incluso decididamente oportunista. En estas condiciones, nos parece útil volver nosotros también a Lenin y retomar sus escritos más importantes del periodo 1895-1905, sin excluir por ello otros posteriores, para explicar así su verdadera significación, con la que coincidimos totalmente, como lo demostrarán además las frecuentes comparaciones con los textos clásicos de nuestra corriente.Continue Reading