Extracto del libro Las huelgas contra Franco, Llibert Ferri, Jordi Muixí y Eduardo Sanjuán (Ed. Planeta, Barcelona, 1978). Páginas 74-93.
1946-1947: ESTALLIDO HUELGUÍSTICO
Si bien es cierto que la derrota internacional del fascismo dio lugar a un sentimiento de euforia que se tradujo en una mejor predisposición para enfrentarse a la dictadura, podría ser inexacto afirmar que las movilizaciones de los años 1946 y 1947 estuvieron motivadas única y exclusivamente por la conciencia clara y generalizada de que eran necesarias para derrocar al franquismo. En todo caso, ése era el objetivo de la vanguardia organizada. De los hombres y mujeres que, encuadrados en la clandestinidad, hacían su labor diaria de instigación, de aprovechar cualquier conflicto en una fábrica o en un tajo, por pequeño que fuera, para potenciarlo y a veces extenderlo a otras empresas o sectores.
La mayoría de los trabajadores, aunque conscientes de su derrota histórica en 1939, no eran muy proclives a las heroicidades. Y si estaban dispuestos a ir a la huelga, al plante o la manifestación era porque la miseria resultaba insoportable.
Lo que ocurría casi siempre es que una huelga declarada por cualquier reivindicación conservaba su carácter estrictamente laboral hasta que llegaba la represión. Es decir, en cuanto hacían su aparición los despidos y las detenciones la huelga se transformaba en un arma de lucha antifascista. Porque en la España de los años 40 era imposible separar la sobreexplotación económica de la represión política. En el fondo eran la misma cosa.Continue Reading