Francia, 26 de mayo.
El objetivo de este texto es reflexionar sobre la situación social actual y la correlación de fuerzas entre las clases en Francia y en el resto del mundo. Los trabajadores se verán obligados a superar el contexto actual de ataques salvajes contra la clase obrera, que duran ya 30 años, y cuyo objetivo es salvar el capitalismo.
El movimiento social que se inició hace 2 meses permanece ampliamente encuadrado y manipulado por las fuerzas de la izquierda burguesa. La clave de la situación está en el derribo de la cárcel burguesa que es Nuit Debout, en la que nos han encerrado. Y esto también requiere de la reflexión y de abiertas discusiones políticas sobre nuestra situación, pero al margen del marco limitado, impuesto y bien acotado de Nuit Debout.
La lucha… ¡mucho ruido y pocas nueces!
La burguesía debe proseguir, más y más, en sus ataques contra la clase obrera.
¿La situación social en Francia en 2016? ¡Nada nuevo! La crisis económica continúa con su cortejo de parados.
Evidentemente la situación económica y social no es diferente a la del resto de países, aunque la propaganda nos cuente que “ya estamos mejor” [1] en este o aquel lugar del mundo. Pero después de los Estados Unidos, del que nos repetían hasta la saciedad que su economía funcionaba de nuevo[2], al igual que en España a pesar de su tasa de paro explosiva[3], tras China y Brasil[4], que supuestamente iban a salvar el planeta y relanzar la economía, le toca el turno a Francia, después de dos meses en los que nos decían que había bajado el paro. En realidad eso no es nada, ¡pero qué escándalo hicieron los medios sobre el asunto, por encargo!
De esta forma la burguesía continúa sus ataques contra la clase obrera bajo el eslogan de las “reformas” o de la “modernización”.
Está claro que se trata de un golpe dirigido directamente a los trabajadores. La ley El Khomri ha colmado el vaso. Se trata de un proyecto de reforma del Código del Trabajo que supone un ataque brutal y sin precedentes contra los asalariados. Los puntos esenciales de este ataque son:
- El desarrollo de la flexibilidad en el empleo, lo que significa facilitar los despidos y convertir el contrato de trabajo en papel mojado.
- La liberación de las empresas de las reglas que imponen los convenios de sector y los convenios colectivos, para que puedan tomar medidas libremente en este terreno.
- La supresión o el debilitamiento del poder de los juzgados laborales (Conseil de Prud’hommes).
- La introducción del referéndum en las empresas para aprobar las decisiones de la dirección.
Evidentemente, la burguesía empieza a temer la reacción de la clase obrera, y trata de mojar la pólvora antes de que esta reacción se produzca. ¡La cólera resuena!
No vamos aquí a dejar de mostrarnos solidarios con estas luchas, y con la lucha de los trabajadores, que buscan la mejor manera de luchar y de oponerse a este nuevo ataque. No se trata tampoco de criticar a los que se expresan en las asambleas de Nuit Debout, que son el primer acto de un intento de retomar la iniciativa contra la apisonadora de la burguesía conquistadora. Ya es de por sí extraordinario ver como se levanta este viento de contestación frente a todos los poderes y contra la falsa democracia que nos imponen.
Por lo que a nosotros respecta, se trata de impulsar a los trabajadores para que se liberen de sus “falsos amigos”, que les/nos manejan y les/nos envían por falsos caminos.
Las maniobras se han puesto en marcha efectivamente a dos niveles: recomponer la izquierda a nivel político y revalorizar el papel de los sindicatos.
1) Nuit Debout: un intento de recomposición de la extrema izquierda…
Ideado a finales de marzo por el periodista François Ruffin[5] y sus amigos para facilitar la “convergencia de las luchas dispersas”, el movimiento Nuit Debout ha tenido un éxito inesperado. La primera ocupación de la plaza se llevó a cabo el 31 de marzo, tras una jornada de movilización contra el proyecto de ley El Khomri, que se desarrolló en muchas ciudades e incluso a nivel internacional.
En realidad, se trataba de una maniobra para arropar a Mélenchon[6]. Ruffin “no oculta el apoyo de la redacción [de Fakir] a Jean-Luc Mélenchon, lo cual ha sido objeto de una votación interna. «El futuro del diario está ligado a la situación política. Si no aparece ninguna oposición de izquierda, nos haremos los remolones», cuenta. «Nuestro objetivo es que las personas de Francia se sientan apoyadas».” Le Monde, 15 de febrero, 2013.
Cuando la izquierda no ilusiona, se halla desnuda, y allí donde nadie cree en nada, todas las aventuras son posibles. Esta fracción de la burguesía que sigue a Ruffin trata de vendernos viejas recetas, lo que ha pasado en España con Podemos y en Grecia con Syriza. Aparentemente el lenguaje es muy radical, ya no se confía en la democracia clásica, ni en los políticos “corruptos”, pero luego…
2) La CGT haciendo surf sobre la ola.
El actual desarrollo de la lucha en el terreno de las empresas ha sido preparado desde hace algunas semanas. La CGT adopta ahora un lenguaje radical y empuja la lucha, incluso violenta y radical, pero podría haber empleado ese mismo lenguaje hace dos meses, cuando se dedicaba a organizar jornadas de acción semana tras semana. La lucha siempre la dejaban para mañana, es decir, para cuando el movimiento se hubiera agotado.
Así lo relataba Street Press el 21 de abril: “Vestido con una camiseta de ‘I love Arnault’, [François Ruffin] lanza un llamamiento a dar ‘un gran golpe’ el 1º de mayo, operando una conjunción entre la Nuit Debout y los sindicatos. En el estrado, varios responsables del Sud y de la CGT ya han respondido a su llamamiento: «es una gran oportunidad para hacer una huelga general».”
¿Y qué sucede hoy?
“Diez refinerías de diez bloqueadas, los trabajadores del puerto, carteros, ferroviarios, trabajadores del sector aéreo, saliendo del limbo en el que los medios pensaban que les tenían confinados, para ir a desplumar a un poder descompuesto y retomar los buenos recuerdos de una opinión desconcertada. ¿Habéis dicho 36?, ¿habéis dicho 68?”
“Hace tiempo dijimos que si la Nuit Debout lograba atraer a los obreros, les haría daño. Ya está hecho. […] Como todo hijo de vecino, también yo formo parte de los ‘usuarios tomados como rehenes’. Pero os confieso que por lo que a mí respecta el síndrome de Estocolmo (empatía e incluso franca simpatía de los secuestrados por sus raptores), funciona a pleno rendimiento.”
“Una última cosa: a menudo he dicho –y no lo lamento en el contexto de entonces– que no hay que depender de la CGT. Y he aquí a la vieja central sindical pilotando con maestría este movimiento de insurrección obrera radical. Id a las estaciones de tren, encontrareis situaciones que adoro y que me quitan la razón.”
Aquí está perfectamente descrita la superchería. Nuit Debout, que criticaba a todo el establishment: partidos y sindicatos tradicionales, juega ahora el papel de promotor de la CGT y de restaurador del blasón del sindicato.
***
Sí, hay que luchar, sí. Pero sin dejarse encuadrar, ni por los manipuladores de Nuit Debout, ni por los sindicatos que desde hace tantos años asfixian y destruyen nuestras luchas, de mutuo acuerdo con el Estado, para conseguir que se aprueben sus medidas.
Tomemos las luchas en nuestras manos, organicémonos en comités de huelga y coordinadoras. No debemos confiar más que en nosotros mismos y en nuestras propias fuerzas.
[1] Últimas palabras de François Hollande durante la emisión de Dialogues citoyens, emitida por France2 el 14 de abril de 2016.
[2] Le mensonge de la reprise américaine en 9 graphiques.
[3] 4,04 millones de parados, según las cifras del Ministerio de Trabajo. ¡Qué bello negocio! Más información aquí.
[4] En 2016, 12 países tendrán crecimiento negativo (recesión), entre ellos Brasil, Rusia y Argentina.
[5] François Ruffin (1975), periodosta francés, es fundador y redactor-jefe del diario Fakir. También escribe en Le Monde diplomatique. Ha participado durante siete años en la emisión de Là-bas si j’y suis. En 2015, realizó su primera película, Merci Patron !, criticando a Bernard Arnault.
[6] Del Partido de Izquierda, fundado en 2008 y actualmente en descomposición.