La revolución de Barcelona (J. Comaposada, 1909)

La revolución de Barcelona, José Comaposada (1909). Edición de Etcétera.

PRELIMINARES

Para describir los sucesos ocurridos en la capital de Cataluña durante la semana del 20 al 31 de julio último sería preciso, no un relato sintético como el que nos proponemos hacer, sino un abultado tomo de algunos centenares de páginas, en las que se acompañase en todo momento, a la clara explicación de los hechos, el correspondiente comentario.

Más como, dados los límites que nos hemos impuesto, es esto imposible, haremos cuanto nos sea dable para concretar y resumir, con el exclusivo fin de que el lector tenga de los mentados sucesos una idea aproximada, tan imparcial como exacta, desprovista de las exageraciones tan torpes como ridículas transmitidas a todas partes por periodistas y escritores a sueldo de la burguesía reaccionaria, con el propósito de dar cumplida satisfacción a la ruindad de sus bajas pasiones.Continue Reading

Los sucesos de mayo de 1937 y sus consecuencias (A. Bueso)

Capítulo 16 de los Recuerdos de un cenetista. El autor, Adolfo Bueso, escribe en tercera persona sus memorias, adoptando el nombre de Alfredo Bosch.

LOS SUCESOS DE MAYO DE 1937 Y SUS CONSECUENCIAS

Pero antes de tratar de los sucesos de mayo, bueno será apercibir sus antecedentes, ya que aquellos sucesos, en sí, no fueron más que la culminación de todo un plan comunista, empezado a desarrollar desde tiempo anterior y llevado a la práctica muy metódicamente, con la frialdad jesuítica de que el fin justifica los medios. Se trataba de echar por la borda a Largo Caballero y con él a cuantos no obedecían ciega­mente a Moscú, es decir, socialistas sanos, anarquistas y poumistas.

Cuando en Moscú se percataron de que Largo Caballero no se prestaba al juego, empezó una dura campaña contra él, y el «Lenin es­pañol», se convierte en un «burócrata», un «cacique», un «saboteador de la unidad».

Largo Caballero se enfada, y como sabe de dónde salen las órde­nes, manda al embajador ruso a tomar el aire; es decir, envía, oficial­mente, una nota a Moscú en la cual indicaba que, como Rosemberg estaba enfermo, le sería muy conveniente cambiar de aires. El 27 de febrero de 1937, Rosemberg sale para Moscú y es reemplazado por un tal León Gaikin, agudizándose simultáneamente la campaña anti-caballerista.Continue Reading