Hoja repartida por el sindicato Solidaridad y Unidad de los Trabajadores durante la concentración del pasado 29 de mayo en la Puerta del Sol.
El sistema capitalista, el sistema del trabajo asalariado, nos machaca, descargando bestialmente sus crisis sobre los trabajadores asalariados. Los sindicatos SUBVENCIONADOS son las muletas sobre las que se apoyan y avanzan los empresarios en sus paseos triunfales, multiplicando las ganancias (EBITDA en inglés).
Los parlamentos, en cada momento del ciclo económico capitalista, votan leyes a la medida de las necesidades o de los vicios de las manadas de los esteparios lobos patronales. La finalidad perseguida siempre tiene el mismo objetivo:
¡¡Aumento de la productividad por trabajador/a y de la competitividad del producto en el Mercado Mundial, con la reducción de los COSTES SALARIALES, empresa por empresa y globales!! En la reducción de los costes globales del trabajo los burgueses también incluyen la sanidad, la enseñanza, el transporte, las ayudas sociales de todo tipo, las pensiones, las bajas laborales, etc., de ahí los RECORTES del gasto salarial y social.
Esta es la línea económica, política y social que nos han venido imponiendo los gobiernos franquistas y los gobiernos parlamentarios: cada uno a su manera, pero todos los gobiernos al servicio del capitalismo y de su patronal.
Es evidente que en todo el proceso el capital se concentra en menos bancos y menos empresas, pero el NEGOCIO se mantiene o aumenta. El número de trabajadores asalariados (de esclavos modernos), ocupados o parados, también aumenta, aumentando la competencia por el puesto de trabajo entre esclavos asalariados, provocando la guerra intestina en lugar de la confraternización y la solidaridad clasista entre los EXPLOTADOS.
La deuda del Estado aumentó durante la crisis (2008-2015) desde el 36% del PIB hasta el 98% actual, desde los 400.000 millones a 1.1 billones de euros, dinero o endeudamiento que tenía el sistema financiero (Bancos y Cajas) con los bancos franceses y alemanes, etc., que está pagando la clase obrera con los RECORTES, los pensionistas, los parados, etc.
La ley de la Oferta y la Demanda en el Mercado de Trabajo juega un papel aterrador, CRIMINAL, en los ciclos de crisis de superproducción del capital, como el que venimos soportando desde 2008.
El Mercado capitalista y sus Leyes no escritas son la BESTIA invisible que mueve los hilos económicos y políticos, es decir, a los Estados y a todas sus instituciones burguesas, a golpearnos, a descargar los SACRIFICIOS económicos y sociales sobre la clase trabajadora, asalariada, esclava de la BESTIA capital.
En un largo ciclo económico (de 1985 a 2008), con la pequeña crisis de 1993, hincharon e hincharon el sector de la construcción, que pasó de unos 13.5 millones de viviendas en 1985 a 27 millones en 2011, provocando la explosión de la burbuja especulativa con unos 6 millones de viviendas vacías en 2011.
La política del Estado capitalista (gobiernos-leal oposición-sindicatos subvencionados, iglesias, universidades, jueces, militares…) fue la de apoyar los despidos en masa, con EREs en masa y que pague, 20 días por año trabajado, el FOGASA, en lugar de que paguen los empresarios 45 días por año, máximo 12 meses en lugar de 42. Y además se retrasó la jubilación de los 65 a los 67 años por el PSOE.
Esta salida a la crisis de supercapacidad productiva y de superproducción liderada por un falso gobierno (Zapatero-PSOE) de izquierdas y por los sindicatos subvencionados, provocó la DESBANDADA general de los trabajadores asalariados.
Esta Desbandada, este sálvese quien pueda, este esconderse, todavía hoy está vigente. La Ley de la Oferta y la Demanda sigue imponiendo su función aterrorizadora en las filas del desorganizado ejército obrero.
La gran patronal, por un lado concentro buena parte de los negocios, expulsando a cientos de miles de competidores del sector o del Mercado, de otra parte multiplicaron las subcontratas, que a su vez contrataron plantillas paralelas fuera del Convenio de la empresa principal, es decir, con salarios y condiciones laborales y sociales que redujeron los costes del trabajo hasta más de un 50%. Y aquí resurge el viejo e histórico problema salarial y laboral de las subcontratas del sector de la construcción, extendido a todos los sectores económico-empresariales.
La plantilla de la empresa principal se viene reduciendo cada vez más, su Convenio más aceptable se aplica a un porcentaje de trabajadores cada vez más pequeño, en los rangos organizativos y técnicos de las empresas, o sea, se viene separando a la masa obrera de la aristocracia obrera en las grandes y medianas empresas principales.
Esta política antiobrera ha permitido reducir los costes laborales entre un 20% y un 50% a la empresa principal, siempre a costa de la masa obrera, fragmentada y dividida al estar ahora encadenada a la subcontrata.
Todo este proceso de ataques continuos a los destacamentos de la clase obrera se ha hecho con el apoyo activo o pasivo de los sindicatos subvencionados. Ellos han organizado la desorganización de los trabajadores a cambio de facilitar y firmar con ACUERDO los EREs. Firmando así el DESPIDO LIBRE Y GRATUITO. Gratuito por reconocer y defender el “Despido Objetivo” con 20 días por año y máximo de 12 meses de indemnización a cargo del FOGASA. Añadiéndole además el pago por el FOGASA de los 4-5 meses de salarios trabajados y no pagados por las empresas. A menudo los meses no pagados por las empresas han superado los 6 y 12 meses trabajados y nunca cobrados. ¡Esto es el capitalismo de las grandes y, sobre todo, de las pequeñas, de las sanguijuelas capitalistas!
Cientos y cientos de miles de pequeñas y medianas empresas presentaron los EREs y no pagaron a los trabajadores durante meses, aunque luego cobraron las deudas de Ayuntamientos, Comunidades Autónomas, Ministerio y demás empresas estatales o privadas. Las grandes empresas redujeron plantillas antes y durante la crisis. Dos ejemplos:
Telefónica presentó un plan de Despidos de 10.849 trabajadores, 21% de su plantilla de 52.000, en diciembre de 1999. Antes había reducido otros 20.000 y después siguió reduciendo hasta unos 15.000, con más planes de regulación, mientras a su vez fue multiplicando las subcontratas o pistoleros que iban eliminando el Convenio de Telefónica y reduciéndoos costes laborales y sociales.
Ahora, los trabajadores fijos no sólo cobran más y tienen muchos más derechos sociales, sino que muchos también son ACCIONISTAS de Telefónica. Por lo tanto, ya no son PROLETARIOS, sino propietarios de acciones de la multinacional Telefónica. Su situación ante la empresa, su mentalidad social y política, ya no es la des obrero combativo, sino la del obrero accionista, la del obrero que tiene algo importante que perder: ¡su pedacito de empresa, sus acciones! ¡Esto es lo que llamamos “aristocracia obrera”!
Hace 10 años se produjo una explosión en las instalaciones de REPSOL Puertollano, resultando 8 trabajadores asesinados, todos de subcontratas. Los fijos de REPSOL, también accionistas de la empresa, estos obreros accionistas, se negaron a hacer huelga en apoyo y solidaridad con los 8 obreros de las subcontratas asesinados por la empresa REPSOL y sus accionistas. CCOO-UGT se opusieron ferozmente a la huelga solidaria.
Iberia ha hecho la política capitalista de reducciones de plantilla y de salarios para darles Beneficios a los accionistas. AENA liquidó a gran parte de la plantilla con jubilaciones anticipadas, imponiendo las subcontratas con un 50% de reducción del coste salarial.
Correos va por el mismo camino, multiplicando las tareas y los ritmos de trabajo, como han hecho todas las empresas antes de ser privatizadas, y con la justificación de que tenemos que hacer rentable a la empresa nos imponen esas tareas y ritmos de locura, preparando así el camino para la privatización del negocio.
Panrico ha sido una derrota gigantesca para los trabajadores: el Despido de 945 trabajadores y la reducción salarial de entre un 18% y un 45% de los salarios, firmado por CCOO-UGT, es una DERROTA sin paliativos. LA causa principal está en el ESQUIROLAJE promovido por CCOO-UGT en los centros de Paracuellos-Madrid, Zaragoza y Valladolid. La misma política que vienen haciendo en los centros o fábricas no cerradas de Coca-Cola.
¿Qué se debe hacer? ¿Cuál es la alternativa ante esta situación de indefensión obrera?
Sin lucha colectiva y sin organización sindical clasista no puede haber lucha obrera clasista, ni apoyo y solidaridad entre explotados.
Por toda la experiencia histórica que nos precede, nosotros, SUT, planteamos y defendemos la necesidad del Sindicato Clasista, NO SUBVENCIONADO ni por el patrón ni por su Estado, puesto que la experiencia obrera internacional enseña que los sindicatos de empresa suelen desaparecer con el reflujo del movimiento obrero cayendo en el corporativismo, y la Coordinadoras de los sindicatos de empresa son una especie de “frente único político” donde sólo se reúnen los delegados de cada sindicato de empresa, y ese organismo no es el Sindicato Clasista, donde participan los trabajadores de todos los sectores y todas las empresas que lo deseen.
Por todo ello llamamos a la formación del Sindicato Clasista con una tabla reivindicativa general que unifique a todos los trabajadores en una lucha común:
Salario mínimo interprofesional de 1.500€.
Subsidio de paro Suficiente e Indefinido de 1.500€
Jubilación voluntaria a los 55 años con el 100% del salario.
Jornada laboral de 30 horas semanales sin reducción salarial.
Fuera subcontratas y ETTs, todos fijos de la empresa principal.
Contacta con e SUT y ayúdanos a organizar el Sindicato Clasista. Entra en nuestra página web, sigue la huelga indefinida del Auditorio de Barcelona iniciada el 30 de abril, que ahora se extiende al Liceo y a otros centros.