Informe acerca de Fight for 15$

Informe de la Communist League of Tampa sobre la manifestación de Fight for 15$ en Tampa (Florida) el pasado 15 de abril, que reproducimos por su valor como testimonio de primera mano sobre una lucha que intentamos seguir de cerca.

Un grupo de la Liga Comunista de Tampa asistió hace poco a la manifestación convocada en Tampa por Fight for 15$ durante la jornada de acción del 15 de abril (“Fight 4 15”). Según dicen ellos, acudieron una mil personas (lo que para mí es exagerado). Dado como se han ido desarrollando los acontecimientos, no sólo aquí, sino nacionalmente, me gustaría hacer un pequeño informe y plasmar algunos de mis pensamientos sobre este tema a mis compañeros.

La convocatoria

Llegué al parque un poco tarde, cuando estaban organizando una comida popular junto a la plataforma desde la que hablaban los oradores. De vez en cuando, mientras charlaban con los amigos, la gente se giraba para escuchar a los trabajadores, que contaban cómo se vive con bajos salarios, o a los líderes religiosos, para quienes los bajos salarios son una injusticia. Parece que también se subieron a hablar el alcalde Bob Buckhorn y otros concejales, que no se olvidaron de recordarnos a quién había que votar. Había muchos puestos, incluido uno de nuestros camaradas de la CLT (Communist League of Tampa). No conocía a mucha gente, lo cual me gustó, dado lo desalentador que es acudir a convocatorias donde solo ves a los mismos viejos compañeros que ya conoces. Muchos parecían ser trabajadores, dado que llevaban camisetas o signos que indicaban su afiliación sindical o la empresa en la que trabajaban (no podría decir cuántos trabajaban en la comida rápida, pero diría que eran bastantes).

Cuando terminaron los discursos, empezamos a caminar desde la acera a la calzada (la CLT iba haciendo bloque, pero yo me quedé con algunos trabajadores que conocía). Fue una especie de protesta inanimada, no como otras a las que ya había asistido, donde los cánticos estaban más organizados y había más entusiasmo. La gente no obstante coreaba cosas como “¿Qué queremos? ¡15$! ¿Cuándo lo queremos? ¡Ahora!”. Cuando cruzábamos la calle, vi que un grupo de gente, creo que de la Bay Area Activist Coalition, cortaba la calle juntando sus brazos en línea e impidiendo que el tráfico rodara en dirección oeste. Ya había oído algo sobre esto, por lo que tampoco me llamó la atención, aunque pensé que la policía no tardaría en intervenir. Tan pronto como giramos la esquina, me entraron muchas dudas acerca de las intenciones de los organizadores de la manifestación. Empecé a andar por la calzada, siguiendo a otros que estaban a unos metros de mí, pero algunos (no sabría decir si eran organizadores o no) empezaron a hacernos gestos para que subiéramos a la acera. Muchos de los manifestantes volvieron a la acera, pero otros se quedaron, causando un poco de desconcierto. Quienes habían bloqueado el tráfico no contaron con el que venía dirección este, por lo que la casi la mitad de la manifestación se separó de la cabecera.

En un momento dado, bien porque los organizadores cambiaran de parecer o porque asumieran la actitud de la gente y ésta les hiciera ponerse en su sitio, casi toda la cabecera pasó a la calzada. Seguimos manifestándonos con un McDonalds a la vista como objetivo final. La gente empezó a cantar “¡15$ y un sindicato!”, “¡Si no nos lo dan, lo vamos a cerrar!”. A algunos nos pareció que esto significaba que íbamos a “cerrar” el McDonalds, bien cortando la calle, impidiendo el paso o incluso ocupando el restaurante. Pero en lugar de ello nos salimos de la calzada y cantamos eslóganes a unos 6 tipos con pintas de gerentes (no llevaban uniforme de McDonalds, como se podría esperar de los jefes, vestían camisa blanca y pantalón negro) que había dentro.

Así estuvimos un rato, hasta que un grupo de organizadores de Fight for 15$ nos llamó para que nos acercáramos a una calle adyacente al McDonalds. Se hizo una performance, la gente se tiró al suelo durante 4 minutos y medio (en referencia a los 4 minutos y medio que estuvo tirado en una calle de Ferguson el cadáver de Michael Brown, antes de que el forense lo recogiera). Unos miembros de la organización de Fight for 15$ y algunos sindicalistas se pusieron a dar discursos, hasta que se desconvocó el acto y cada uno se dirigió a su coche o a la parada de autobús.

Reflexiones 

Me vinieron a la cabeza varias cosas mientras se desarrollaba la convocatoria, y también luego, cuando pude pensar en ello más profundamente. Quiero dejar claro desde el principio que mis críticas no son ataques personales contra los participantes, sino cuestiones que quiero plantear sinceramente sobre este asunto.

Lo primero es que la policía se comportó de manera sorprendentemente pasiva todo el tiempo. La ocupación de la calle se había planeado con anterioridad (en una charla a la que asistí, algunos organizadores lo habían mencionado), pero al pasar a la calzada, la policía se puso detrás de nosotros y detuvo el tráfico. Desconozco por qué actuaría así. No creo que estuviera acordado, pues algunos manifestantes se habrían extrañado al formar una cadena para bloquear el tráfico sabiendo que la policía les iba a ayudar todo el tiempo. Pero si no lo estaba, era raro que la policía estuviera tan pasiva e incluso colaboradora a la hora de bloquear el tráfico para nosotros. 

Mi teoría es que la gerencia del McDonalds ya había hablado antes con la policía, pidiéndoles que dejaran que se cortaran las calles para evitar las detenciones que alentaron los medios de comunicación durante las pasadas jornadas de acción. Otra posibilidad es que el Departamento de Policía de Tampa simplemente subestimara la convocatoria y no dispusiera de un despliegue suficiente. En cualquier caso, creo que tanto la policía como McDonalds sabían cómo transcurriría la manifestación, dados los precedentes vividos en Tampa y en todo el país.

Segundo, creo que la manifestación fue organizativamente endeble y confusa. El aspecto confuso, para mí, reside en lo que yo llamaría ausencia de “claridad en el análisis a nivel de calle”. Por “claridad en el análisis” quiero decir que en durante una campaña deberíamos saber quiénes somos, a quién combatimos, y cómo lograr el triunfo. Esto último puede ser más incierto en lo que se refiere a los resultados, pero tiene que haber un método concreto en el que concentrarse. Por claridad en el análisis “a nivel de calle” quiero decir que si conocemos antes todo esto podemos responder adecuada y rápidamente ante situaciones cambiantes.

En comparación, las manifestaciones a las que he asistido con la Coalición de Trabajadores de Immokalee sí dejan claro que nos aliamos y seguimos a los líderes de la CIW (Coalition of Immokalee Workers), luchando contra empresas como Wendy’s y Publix para llegar a un acuerdo directo entre ellos y la CIW, y vamos a manifestarnos y a emplear los piquetes para lograrlo. Sabemos que no llegaremos a la desobediencia civil, ocupaciones, etc., y para mí esto no es un problema, pues el propósito de la manifestación es conseguir ciertas reivindicaciones siguiendo una serie de tácticas que funcionan. También tenemos claro por dónde vamos a ir, y disponemos siempre de cosas tan básicas como cordones de seguridad en los laterales para que los manifestantes vayan de dos en dos o de tres en tres, evitando que se formen grupos o que se corte el tráfico.

Desgraciadamente, ni la manifestación ni los organizadores dejaron claro quién era el que dirigía, dónde se iba, qué tácticas se podían emplear, ni siquiera contra quién nos manifestábamos. Quienes llevaban los megáfonos parecían demasiado inexpertos para mantener el ritmo, y los cordones no sabían muy bien qué estábamos haciendo y cuándo nos estábamos arriesgando a ser arrestados. Nos manifestábamos frente a un McDonalds, pero las reivindicaciones han pasado de “queremos que McDonalds y el resto de empresas de la comida rápida nos den 15$/hora y derecho a sindicación” a otras más vagas que parecen dirigidas al congreso, a la administración del Estado de Florida o al ayuntamiento de Tampa. Parece que se trata de “contar al mundo” qué es lo que queremos, más que una reivindicación concreta de la que podemos obtener resultados palpables con el tiempo.

Tercero, y algo que parece paradójico dado el anterior punto, la manifestación parecía un espectáculo mediático cuidadosamente preparado. Aquí tomo prestado el análisis de Adam Weaver, en el que tilda a FF15 de “Campaña hacia los medios”, en lugar de ser una “Campaña contra los patrones”, y la considera una forma de “militancia lobby”. Había mucha energía entre los trabajadores y los demás simpatizantes, y parecía que la gente estaba interesada en emplear tácticas más intensas, pero todo quedó en lo simbólico. Creo que esto se debe a que los organizadores trataron de emplear esta militancia y energía para intentar dar una muestra de verdadera fuerza ante los medios de comunicación.

En los círculos anarco-sindicalistas (en algunas discusiones dentro de la IWW), los compañeros suelen hablar de las diferencias que existen entre las “empresas de servicios sindicales” (business unionism, construido de arriba abajo, una concepción de la organización como “proveedora de servicios” donde los burócratas sindicales controlan las negociaciones colectivas con los patrones y surge una breve militancia obrera mientras éstas se desarrollan) y el “sindicalismo solidario” (construido de abajo a arriba, la concepción del “tú eres el sindicato” basada en la acción directa y el control directo de la lucha). Fight for 15$, un proyecto de la Service Employees International Union, parece directamente alineada con la primera tencencia. Tras las convocatorias de estos días, no me quedó la sensación de que fueran los trabajadores los que controlaban lo que estaba pasando, pues en cualquier caso no podían desviarse de la línea del sindicato. La gente de FF15 hacía el papel de policía para los líderes sindicales y se aseguraran de que no nos desviábamos de la imagen que la SEIU quería mostrar en los medios.

Cuarto, vi mucho de lo que yo llamo “apropiación simbólica de las tácticas y retórica del movimiento militante”. Por ejemplo, la palabra “cerrar” se repitió mucho, aunque lo más que llegamos a hacer fue cortar el tráfico unos minutos, hasta que la policía se puso a ayudarnos. También nos hicimos los muertos en una calle lateral, donde la policía no iba a arrestarnos, y no en un cruce concurrido. La performance también fue confusa, pues dado que es algo que viene directamente del movimiento Black Lives Matter, supuse que nos iban a repartir algún tipo de panfleto mostrando solidaridad y convergencia en las luchas. Pero en lugar de ello nos pidieron que nos tumbáramos durante 4 minutos y medio y reflexionáramos sobre las distintas luchas que entablan los trabajadores. Tenía cierto sentido, pero había una cierta falsa concepción de lo que se pude lograr con estos actos simbólicos.

Anteriormente, a lo largo de sus campañas, FF15 (y la campaña hermana de OUR WalMart, apoyada por la UFCW) ha empleado mucho el término de “huelga” para referirse a un día de paro de los trabajadores. Pero esto chirría un poco cuando ves que a veces sólo hay algunos trabajadores entre las decenas de ciudadanos que han acudido a apoyar. En una de las acciones de OUR WalMart a la que acudí, ningún trabajador de aquel centro se había sumado al piquete, y los presentes eran trabajadores que habían sido despedidos de WalMart acompañados de los activistas y organizadores. Este tipo de organización obrera siempre me pareció algo cínico e indefendible, emplear a los trabajadores para transmitir tu mensaje y describir como huelga algo que no lo es, pues la huelga consiste en que los trabajadores de una tienda ejerzan verdadera presión sobre el patrón. En lugar de ello, como escribe Weaver, «se hace presión sobre el sólido sistema político, se apela al cambio desde arriba”, mientras al mismo tiempo se emplea el lenguaje de los movimientos radicales de los trabajadores, que sí que logran realmente “cerrar” una empresa mediante el cese del trabajo, el sabotaje de la producción y maquinaria, etc. Sobre todo, lo que me parece un obstáculo es emplear las frases en lugar de las tácticas que esas frases representan, pues así se oscurecen nuestras ideas acerca de lo que realmente puede ser útil para hacer frente a las condiciones que destruyen la vida de todos.

Conclusiones

Me parece muy bien que la CLT participara en esta convocatoria, que confirmó las sospechas que ya tenía sobre la iniciativa organizativa de FF15. Creo que necesitamos un movimiento proletario donde sean los trabajadores quienes lleven las riendas, y no creo que la SEIU pueda ofrecernos esto. Como trabajador de la comida rápida que soy, quizá necesitemos nuestra propia organización en Tampa Bay, una que represente nuestros intereses y que esté dirigida por los propios trabajadores de Tampa. Sólo conseguiremos dotarnos de ella mediante una cuidadosa planificación, organización, y mirando hacia adelante. Por ahora nosotros, la CLT, continuaremos observando lo que ocurre y reflexionando sobre nuestras propias experiencias como trabajadores y como comunistas dedicados al derrocamiento del orden existente.