En los demás ramos, el proceso de desarrollo de Comisiones era aún más lento que en el Metal. En casi ninguna empresa existía una Comisión representativa, aunque bastaba la presencia activa de un militante animado de perseverancia para que se acabase formando un pequeño grupo capaz de movilizar a toda la empresa. Cuando esto sucedía, no cabía esperar más ayuda solidaria eficaz que la económica, y aun ésta limitada. Estos militantes oscuros y abnegados constituían el nervio del movimiento obrero. Existe un libro, escrito por uno de ellos, que refleja con sencillez y sentimiento esta oscura lucha diaria: La huelga de Blansol, sin mención editorial, pues está hecho y distribuido con el mismo espíritu militante que animó el combate que nos narran.
Así se refería José Antonio Díaz Valcarcel (en Luchas internas en Comisiones Obreras) al libro La huelga de Blansol, cuya 2ª edición titulada Lucha unida, victoria proletaria se puede encontrar en este enlace.
Esta novela está cargada de enseñanzas para una clase obrera que actualmente paga un alto precio por su falta de experiencia organizativa y tradición de lucha. A la vista está que los trabajadores, a la hora de defender nuestras condiciones de trabajo y de vida, no podemos contar ni con los sindicatos colaboracionistas mayoritarios, pagados por los patrones y su Estado, ni con los grandes medios de comunicación, al servicio de los capitalistas, ni con los partidos políticos y las leyes que aprueban en el parlamento. Pues a pesar de que las leyes laborales se han ido modificando en los últimos años a favor de los empresarios, estos se saltan sus propias leyes y normas allí donde pueden, imponiendo salarios más bajos y condiciones aún más miserables.
La única alternativa para los trabajadores pasa por la organización clasista y solidaria en defensa del salario y las condiciones laborales, empezando siempre, como muestra el ejemplo de la huelga de Blansol, por aquellas categorías o sectores de asalariados que se encuentran en peor situación, más expuestos a la explotación salvaje del capital.
Como invitación a su lectura completa, reproducimos la presentación y el primer capítulo del libro.
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LUCHA UNIDA, VICTORIA PROLETARIA. Empresa Blansol (1956-1969)
Protagonistas: los obreros de la empresa.
Cronista: un escritor.
Ninguna de las situaciones, personajes, hechos o dichos de esta narración son imaginarios.
Cualquier parecido con la ficción, es pura coincidencia.
Se explica, porque la realidad es más rica y permite más variantes que la misma fantasía.
PRESENTACIÓN
He aquí, un nuevo instrumento de lucha obrera. Una página de la propia vida. Un Libro.
He aquí, una crónica rigurosamente histórica. En este mundo gris, rutinario en apariencia, del trabajo de cada día, se gestó esta aventura humana, digna de trasladarse a la pantalla y exhibirla en todos los cines, para lección de muchos.
Un grupo reducido de hombres, a modo de acción de « comando » se organizan en una empresa, y en ocho meses logran bloquearla y darle « jaque mate ».
¿La causa profunda? el sentimiento de explotación que el obrero un poco consiente, sufre y no soporta, en una empresa de régimen capitalista.
¿La causa próxima? mantener, el patrón y los representantes de la Dirección, una injusticia manifiesta contra cinco peones, cabezas de familia, al pagarles un salario de 4.000 pesetas al mes.
Esta proeza, es algo nueva en nuestro país, después de la desarticulación que sufrió la clase obrera durante la guerra civil y la postguerra. Por ese motivo se ha creído oportuno darla a conocer. Para que su ejemplo estimule y abra camino a otros compañeros, cansados de aguantar la arbitrariedad como norma de gobierno, y el egoísmo del dinero como única motivación profunda, por parte del patrón.
El cronista ha intentado suprimir la carga ideológica, para poner la experiencia de lucha al alcance del obrero medio del país. En todas sus páginas, hay una intención pedagógica. La forma novelada —por otra parte histórica— del relato, ofrece unas facilidades de comprensión que no logran ni el ensayo, ni el discurso vibrante del propagandista.
Es necesario observar, que los obreros han tenido una situación óptima en cuanto a facilidad de maniobra, tanto con respecto a la Dirección de la empresa, como hacia el esfuerzo de sensibilización de los demás compañeros de trabajo; aunque ninguno de los obreros perteneciera a partido político clandestino alguno, en cambio, sí había quien tenía experiencia en la lucha. Ello ha significado una ventaja práctica, aunque, quizás el no tener por otro lado, una salida política al empuje revolucionario, representa en sí mismo un grado de inmadurez.
El cronista puede contarlo todo con tanto detalle, porque aunque no haya sido trabajador de Blansol, ha vivido los hechos muy de cerca por tener allí buenos amigos y, últimamente, acceso a los documentos que le han decidido a escribir el libro.
Este cronista, quisiera finalmente, recordar que aventuras como las de estas páginas no son tan esporádicas como parecen. Con más o menos fortuna, más largas o más cortas, con más o menos capacidad de movilización de masas, ese esfuerzo consciente, ese impulso furioso para hacer mella en las filas del enemigo, se encuentran por todas partes. Sólo les ha faltado el cronista.
Por este motivo, esas páginas son, en el fondo, un monumento a todos los militantes obreros que en el anonimato, se han jugado a veces la vida a cara o cruz, simplemente por no claudicar de la dignidad de hombre libre, o han sido encarcelados por mantener los lazos de la solidaridad con los demás compañeros, en su combate por la justicia.
A todos ellos, con admiración y respeto.Continue Reading